CORAZÓN DE TUTOR
¡Buenas noches! La entrada de hoy va a tratar de una de las figuras más importantes en el ámbito educativo: el profesor/tutor.
La mayoría de los
que estamos formándonos para ser profesores, solo pensamos en la especialidad a
la que vamos enfocados, pero, hay que pararse a pensar que, es muy probable que
en el algún momento nos toque, además, desempeñar el papel de tutor.
Es verdad que si
echo la vista atrás y si solo me basara en la propia experiencia, podría
definir a los tutores como esos profesores que eran tus “responsables” de una
manera más particular, que se encargaban de hablar con tus padres para decirles
cómo ibas en el curso (eso si tenías la suerte de no preparar ninguna ya que
sino esas reuniones se convertían en más periódicas) y cuyas clases servían
para adelantar deberes, hacer alguna actividad diferente o, simplemente, hablar
con los compañeros.
Pero haciendo un
análisis real del papel del tutor no cualquier forma de ser es válida. Un buen
tutor es una persona que tiene que tener una serie de cualidades personales y
competencias profesionales. Bajo mi punto de vista, un buen tutor debe ser una
persona:
- Cercana, para que los alumnos sientan que es una persona en la que pueden confiar y con quien pueden contar para cualquier aspecto.
- Motivadora, que se implique en el aprendizaje de sus alumnos haciendo que estos siempre tengas interés.
- Comprensiva y empática, para que pueda entender a los alumnos.
- Implicada, que muestre las ganas de enseñar, educar y, sobre todo, ayudar.
- Orientadora, para que pueda guiar a los alumnos en cualquier ámbito que lo necesiten.
- Observadora, poniendo mucha atención en cómo es cada alumno y cómo se desenvuelve para poder, así, conocer bien a cada uno de ellos.
- Previsora, siendo capaz de adelantarse a cualquier incidente o problema que pueda ocurrir.
- Creativa, para conseguir esa motivación de los alumnos por medio de técnicas nuevas y diferentes que enganchen a los alumnos.
- Alegre, para que pueda contagiar ese sentimiento y energía.
- Amante de su profesión, y así transmitir a sus alumnos esa satisfacción y orgullo de hacer lo que te gusta y enseñarles a luchar por ello.
En tu línea... qué bonita es la entrada. Me ha gustado mucho además la ilustración del corazón que habla del maestro. Mi pregunta es ¿crees que tendrías algún punto débil a la hora de tutorizar a los alumnos? ¿algún tema que te infunda cierto respeto?
ResponderEliminarHola, Elena. ¡Me alegro de que te haya gustado! Creo que uno de mis puntos débiles podría ser la empatía porque, quizá, pueda tener demasiada... Con respecto a los temas que me infunden respeto hay muchos pero creo que, el que más, es no poder prever o ayudar correctamente a mis alumnos en cualquier problema que les surja.
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