RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS

    Para esta entrada vamos a hablar de conflictos, un tema presente en cualquier ámbito de la sociedad y de lo más difíciles de resolver.


El otro día en clase se habló de diferentes conflictos que nosotros, como alumnos, hemos viviendo, y eso ha hecho que eche la vista atrás y recuerde algunos de los que presencié en primera persona: entre alumnos, alumnos con profesores, padres con profesores e, incluso, entre padres. Pero, como decía, esta problemática está presente en el día a día. ¿Quién no ha estado involucrado en uno? En el trabajo, en el supermercado, con algún vecino, incluso, dentro de la propia familia.

Volviendo al contexto educativo, recuerdo cuando estaba en secundaria, concretamente en segundo de la ESO, y un compañero hizo la zancadilla a otro cuando entraban en clase y este último casi cayó al suelo, se volvió y le insultó al chico que había empezado el “enfrentamiento”. El profesor solo escuchó el insulto y el resultado fue un parte disciplinario (entonces se llamaban amonestaciones) para el chico que había sido empujado porque, lo único que le constaba al profesor fue el insulto. Los demás presenciamos la situación, pero eso no fue relevante, el profesor actuó sobre su propio conocimiento y criterio, sin poner interés en el desencadenante.

Este “conflicto” es algo mínimo si tenemos en cuenta muchos otros, pero, a donde quiero llegar, es que muchas veces las resoluciones de ellos pueden hacer que se agraven más, sobre todo si quien lo dictamina es alguien con autoridad. Creo que lo primordial en la resolución de conflictos es la COMUNICACIÓN. En el ámbito escolar, los profesores deben ser conocedores del conflicto en sí para poder llegar a tomar la mejor decisión de cómo se puede llegar a resolver, ya sea por ellos mismos o por la figura de los llamados "mediadores" (papel que me parece de admiración hacia aquellos alumnos que lo desarrollan).

Preguntar, escuchar, analizar, investigar, desarrollar e, incluso, debatir entre compañeros/amigos la mejor solución que se crea conveniente aplicar, ya que a veces podemos no llegar a ser objetivos, y siempre pensando en los implicados y en el bien común, cuando hablamos de conflictos menores. Cuando hay otro conflicto más importante las acciones a aplicar deben estudiarse con más detenimiento.

En otros aspectos de la vida es todavía más complicado la resolución de estos, sobre todo cuando se da entre “adultos” … ¿Qué les vamos a pedir a los niños/adolescentes si la mayoría de las veces los nosotros somos los primeros que cometemos esos errores? Empecemos por lo más simple: HABLAR, comunicarnos, recapacitar… “Consejos vendo que para mí no tengo” Empecemos dando ejemplo, y, después analicemos como ayudar a los demás. 







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